¿Cuáles son las excusas de la gente que no reza?
En esta serie de publicaciones vamos a ver algunas de las excusas a las cuales recuren "los musulmanes" para justificarse ante la gente y desgraciadamente ante a Allah sobre las oración (salat).
Si te sientes identificado o crees que alguno de estos casos que se mencionaran concuerdan con lo que tu piensas, solo te diré que aun no es tarde para rectificar. Que Allah haga de nosotros unos creyentes ejemplares.
Primera excusa:
“Yo alhamdulillah no robo, no miento y no creo que el hecho de no rezar sea tan grave. Es mejor ser como yo, que ser como muchas personas que conozco, rezan y al mismo tiempo mienten o salen de noche a lugares pervertidos.”
Allah -Enaltecido sea- dice (interpretación del significado):
“Después les sucedió una generación que abandonó la Oración y siguió las pasiones; pero ya encontrarán perdición.”[Sura de Mariam: 59]
Relata Yabir (que Allah esté complacido con él):
"Escuché al Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “Entre el hombre y la incredulidad (Kufr) o el politeísmo (Shirk) está el abandono de la oración.” (Relatado por Muslim)
Entonces la oración (salat) es lo que nos diferencia de los no-creyentes. Quien da dicha excusa falsa, pretende también ser musulmán pero no realiza el acto que más nos diferencia de los no -musulmanes: ¡la oración! El hecho de no mentir y no robar no es lo que nos diferencia principalmente de las otras religiones, porque hay cristianos que pueden ser mejores que los musulmanes en este punto, por lo que nuestra creencia y nuestra oración son las que nos diferencian en prioridad. Es cierto que la mentira, el robo, la fornicación son graves pecados, pero el abandono de la oración sigue siendo uno de los peores. No es una actitud honesta, la de condenar un comportamiento mientras que el nuestro es peor. Así que aconsejamos a esa persona ver primero sus pecados antes
de ver a los pecados de los demás: Empieza por tu propia persona, condenando su desvío. Si deja de desviarse, estás sin duda dotado de razón. En aquel momento aceptarán tus palabras y un ejemplo serás, lo que dirás se tendrá en cuenta y tus enseñanzas servirán. No prohíbas un comportamiento que tu mismo sigues ¡Es realmente una vergüenza si haces lo que tu mismo condenas!
En esta serie de publicaciones vamos a ver algunas de las excusas a las cuales recuren "los musulmanes" para justificarse ante la gente y desgraciadamente ante a Allah sobre las oración (salat).
Si te sientes identificado o crees que alguno de estos casos que se mencionaran concuerdan con lo que tu piensas, solo te diré que aun no es tarde para rectificar. Que Allah haga de nosotros unos creyentes ejemplares.
Primera excusa:
“Yo alhamdulillah no robo, no miento y no creo que el hecho de no rezar sea tan grave. Es mejor ser como yo, que ser como muchas personas que conozco, rezan y al mismo tiempo mienten o salen de noche a lugares pervertidos.”
Allah -Enaltecido sea- dice (interpretación del significado):
“Después les sucedió una generación que abandonó la Oración y siguió las pasiones; pero ya encontrarán perdición.”[Sura de Mariam: 59]
Relata Yabir (que Allah esté complacido con él):
"Escuché al Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “Entre el hombre y la incredulidad (Kufr) o el politeísmo (Shirk) está el abandono de la oración.” (Relatado por Muslim)
Entonces la oración (salat) es lo que nos diferencia de los no-creyentes. Quien da dicha excusa falsa, pretende también ser musulmán pero no realiza el acto que más nos diferencia de los no -musulmanes: ¡la oración! El hecho de no mentir y no robar no es lo que nos diferencia principalmente de las otras religiones, porque hay cristianos que pueden ser mejores que los musulmanes en este punto, por lo que nuestra creencia y nuestra oración son las que nos diferencian en prioridad. Es cierto que la mentira, el robo, la fornicación son graves pecados, pero el abandono de la oración sigue siendo uno de los peores. No es una actitud honesta, la de condenar un comportamiento mientras que el nuestro es peor. Así que aconsejamos a esa persona ver primero sus pecados antes
de ver a los pecados de los demás: Empieza por tu propia persona, condenando su desvío. Si deja de desviarse, estás sin duda dotado de razón. En aquel momento aceptarán tus palabras y un ejemplo serás, lo que dirás se tendrá en cuenta y tus enseñanzas servirán. No prohíbas un comportamiento que tu mismo sigues ¡Es realmente una vergüenza si haces lo que tu mismo condenas!
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