lunes, 12 de agosto de 2013

La mujer musulmana y el cuidado de su alma (1ª parte)

La musulmana no descuida el cuidado de su alma a través de la adoración (concretamente, la oración), el dhikr (remembranza de Al-lah) y la lectura de Corán. Jamás descuida los actos de adoración en los tiempos fijados. Así como cuida de su cuerpo y mente, ella también cuida de su alma, al comprender que el ser humano está compuesto de un cuerpo, una mente y un alma, y cada uno de esos tres elementos merece una atención apropiada. Una persona puede distinguirse por el equilibrio que él o ella establece entre su cuerpo, mente y alma, a fin de que ninguno reciba un cuidado especial a expensas del otro. Encontrar este equilibrio garantiza el desarrollo de un carácter íntegro, maduro y moderado.

- Realiza actos de adoración regularmente y purifica su alma

La mujer musulmana presta la debida atención a su alma, mejorándola a través de la adoración. Realizar esto con un enfoque calmo y puro permitirá que los significados espirituales penetren profundamente dentro de su ser. Ella se aparta del bullicio de la vida cotidiana y se concentra en su adoración tanto como es capaz. Cuando reza, lo hace con el corazón tranquilo y la mente tranquila, para que su alma pueda reavivarse con el significado de las palabras del Corán, el dhikr y el tasbih, que está mencionando. Luego se sienta a solas por un momento alabando y glorificando a Al-lah, Glorificado sea, y recitando algunas aleyas de Su Libro, meditando al mismo tiempo sobre los hermosos significados de las palabras que está recitando. Además, ella controla su actitud y comportamiento, corrigiéndose si ha cometido alguna falta o error de alguna manera. De ese modo, su adoración tendrá los resultados deseados de la pureza del alma, limpiando sus pecados y liberándose de las ataduras de Shaitan, cuyos constantes susurros pueden destrozar a una persona.

Si la verdadera musulmana comete algún error o tropieza en el sendero recto, pronto lo enmendará buscando el perdón de Al-lah, Glorificado sea, abjurando de su pecado o error y arrepintiéndose sinceramente. Esta es la actitud a seguir por las musulmanas justas, temerosas de Al-lah. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): 

{Por cierto que los piadosos, cuando Satanás les susurra, invocan a su Señor y entonces pueden ver con claridad.} [Corán 7:201]

El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, solía decir a sus compañeros: "Renovad vuestra fe". 
Le fue preguntado: "¡Oh, Mensajero de Al-lah! ¿Cómo renovamos nuestra fe". 
Él dijo: "Repitiendo frecuentemente La ilaha illa Al-lah".

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