martes, 15 de octubre de 2013

Historias para reflexionar: El hombre pobre

Un hombre pobre vino a casa un día con un objeto en las manos de poco valor, con la esperanza de venderlo para comprar harina porque la familia estaba hambrienta .
El hombre logró vender el artículo por un dirham.

Mientras caminaba, vio a dos hombres que se peleaban por medio dirham, el pobre hombre les dio el sólo dirham que poseía para separar a estos dos hombres.

El hombre regresó a su casa desprovisto, le contó lo que había sucedido a su esposa y ésta reunió los únicos bienes que poseían con la esperanza de que él pudiera obtener un precio aunque estos objetos tenían poco valor.

En el camino el pobre hombre se encontró con otro que vendía un pez , éste le llamó proponiéndole intercambiar la mercancía por el pez, el hombre aceptó.

Al llegar a su casa, el hombre le pidió a su esposa que cocinara este pez , el hambre les había debilitado considerablemente.
Esta mujer honorable llamó a su marido a la cocina porque al abrir el pez , encontró algo parecido a un huevo, más pequeño que el de un pollo y más parecido al de la paloma, ella no sabía lo que era.

El hombre se acercó al misterioso hallazgo, y lanzó un grito de alegría, le dijo a su esposa que era una perla preciosa.
La mujer preguntó a su marido si él sabía el valor de esta perla , pero él no sabia , sin embargo, le dijo que un amigo le podría informar , ya que era joyero.

Cuando el joyero vio la perla, le dijo que valia cuarenta mil y que él podría darselos pero que conocía a alguien que le podía dar más.

El hombre se fue con la perla a éste joyero , que le ofreció ochenta mil a cambio de la perla, pero si quería más éste último conocía todavía a otro joyero que le podía aventajar.

El hombre se marchó hacia el nuevo joyero , que le ofreció ciento veinte mil diciendole que nadie más le ofrecería este precio.

El hombre aceptó y le vendió la perla por los ciento veinte mil.
El hombre regresó con doce sacos repletos de dinero , en cada saco habían diez mil dirhams, cuando llegó al umbral de su puerta, vio a un pobre mendigo.

Cuando vio al mendigo, se acordó de la pobreza a la que se enfrentaba.

El hombre invitó al pobre a su casa , y partió la cantidad a la mitad, le entregó seis sacos de los doce que habían , esto equivalía a sesenta mil dirhams.
El pobre mendigo lo tomó y se fue, al llegar no muy lejos de la casa el mendigo volvió al hombre generoso diciendole que fue enviado por Su Señor (un ángel), y que Allah le había dado en retribución por cada dirham veinte qirats de recompensa.

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