jueves, 8 de agosto de 2013

Terminó Ramadán ¿Y ahora qué? 2

Terminó Ramadán... ¿y ahora qué? (2ª parte)
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La celebración de Eidul Fitr es de un solo día, pero muchos países musulmanes, los negocios y las oficinas permanecen cerrados hasta una semana. En razón de ciertas limitaciones y por el hecho de que los días feriados musulmanes no son siempre reconocidos en países occidentales, algunos musulmanes no pueden participar más de algunas horas de festejo. Los musulmanes en diferentes países y familias lo celebran de formas muy distintas.

Existen reuniones de familia y amigos para el desayuno o el almuerzo. Es una oportunidad para realizar visitas y saludarse. Es una oportunidad para restablecer relaciones rotas, corregir determinados comportamientos y volver a darle vida a relaciones deterioradas. Se preparan comidas especiales y muchas veces se envían platos a vecinos y amigos. Cada país o comunidad tiene sus platos típicos y uno de los favores más especiales de ser un musulmán que vive en Occidente es conocer comidas de distintos países.

Regalos, dinero y dulces son enviados a niños y algunos adultos intercambian también presentes. Las celebraciones difieren en cada comunidad. Se realizan almuerzos y asados al aire libre, ferias y banquetes entre vecinos. Los festejos pueden durar hasta la noche con fuegos artificiales y espectáculos de luz láser. Se hacen nuevos amigos, se renuevan las amistades con gente conocida y las familias pasan un tiempo de calidad.

Celebrar el Eid requiere tener vínculo con los familiares, amabilidad con los padres, empatía para con los pobres y preocupación y compasión por los vecinos. Es un día para realizar vistas y buenos deseos, y algunos musulmanes aprovechan la oportunidad para visitar los cementerios, aunque es importante que no se vuelva un ritual del Eid.

Sin embargo, recordar la muerte y el Más Allá es importante en todo momento. Aun en estos momentos de celebración, la persona que es verdaderamente sometida a Dios entiende que estamos todos cerca de la muerte. En medio de la vida se encuentra la muerte y el musulmán se da cuenta que esta vida es sólo una parada transitoria hasta nuestra última morada – el Paraíso o el Infierno.

Ramadán ha sido un tiempo de reflexión, y el Eid es un tiempo de celebración. Sin embargo, el despilfarro de riquezas y el materialismo deben ser evitados. Los musulmanes que logran captar los beneficios inherentes a Ramadán son agradecidos por estos momentos de celebración y entienden que constituyen sólo una de las formas que Dios nos otorga su Misericordia. La vida puede a veces estar llena de pruebas y juicios, pero detrás de estos momentos de prueba y celebraciones existen sabiduría, misericordia y perdón. 

Se alienta al musulmán para que celebre y glorifique a Dios, sin nunca olvidar que la capacidad de amar la vida y celebrar constituye una recompensa de Dios. 

TheEnd...

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